En los trabajos de restauración se emplean las técnicas y materiales propios de los muebles a tratar, manteniendo sus estilos, y actuando sobre las partes indispensables con objeto de respetar al máximo la antigüedad y el valor original de la pieza.
Se interviene también sobre los herrajes, bronces (incluso su reproducción), dorados, incrustaciones, marquetería, vidrieras, y demás elementos ornamentales, con el fin de devolver todo el explendor original al mueble.
En los acabados se emplean ceras naturales, barnizados o lacados.
En las piezas afectadas por plagas de xilófagos, se aplican tratamientos anti-carcoma para su erradicación, reparando los desperfectos que hayan podido causar en el mueble.