Se trata de una mesa de estilo Isabelino, en madera de Nogal, que presentaba faltas de madera en algunas tallas, así como un acabado muy deteriorado.
Durante el proceso de restauración se repusieron las tallas estropeadas y, a petición del cliente, con el fin de dotarla de una mayor funcionalidad, se le incorporaron dos aletas extensibles, de las que inicialmente carecía. En la confección de las mismas se utilizó el mismo material, se respetaron las líneas y se emplearon las técnicas propias del estilo.
Para el acabado se optó por un barniz de dos componentes.